Reseña de La Piel de Toro 1936
La Guerra Civil Española: Para
muchos, nuestro gran trauma colectivo, cuyos fantasmas aún nos rondan y cuyas
heridas siguen sin curar, casi un siglo después. Para otros, la murga
que nos daban, cada vez que salía otra novela o película sobre el tema, sobre
todo en los años noventa (en estos días más bien son los políticos de turno).
Para algunos (yo mismo, según el día o mi estado de ánimo), pues un poco de ambas.
Lo que hasta ahora no había sido,
salvo que la memoria me falle, objeto de tratamiento destacado dentro de los
juegos de rol; vale, está el Soldiers of
Pen and Ink de Pelgrane, con su apotéosico final en una plaza de toros,
pero de eso no hablamos. Esta carencia de tratamiento es lo que viene a subsanar ahora Ricard Ibañez de la
mano de Shadowlands con La Piel de Toro
1936, un suplemento para La Llamada
de Cthulhu ambientado en la Guerra Civil Española.
Lo cierto es que este Piel de
Toro 1936 me interesaba bastante más que su homónimo de 1920. La combinación de
caos, completa fractura del orden social, y sobre todo la tremenda falta de
humanidad que caracterizan el conflicto constituyen un prisma ideal a través
del que contemplar el horror lovecraftiano.
Aclaro, no obstante, que esta es
una reseña incompleta. Tengo un amigo que ha comentado su interés en dirigir
alguna de las aventuras que se incluyen en el mismo, por lo que me abstendré de
leerlas y me limitaré a comentar sobre la utilidad general de este suplemento
como libro de referencia.
La Piel de Toro 1936
El libro que nos ocupa es un tomo
de 270 páginas encuadernado en tapa dura e impreso a todo color, con copia
digital incluida; también existe una edición con caja y accesorios. La presentación es impecable,
maquetado a dos columnas por Claudia Andrade y con tipos de letra que facilitan
la referencia y lectura. Es, al margen de cualquier otra consideración, un
libro que se lee con agrado. Las
ilustraciones son de los artistas “de la casa” (Marlock, Carmujo y Kisama) y presentan
una calidad artística más que notable.
Prólogo
El prólogo está escrito por Francesc Matas (fundador de Joc Internacional, la primera editorial de rol en España, que publicó La Llamada de Cthulhu, así como Aquelarre), que se permite ser lírico, incluso filosofar sobre el cambio climático y la guerra de Ucrania. Eso sí, aunque identifica correctamente a Rusia como un depredador, lo de las “botas atlánticas y europeas, bien pertrechadas de finanzas y armamento, acechan sedientas para asegurar su botín ucraniano” se lo podía haber ahorrado, porque equiparar a Occidente con Rusia es caer en una ecuanimidad falsa y facilona: Aquí los bandos no son iguales, como tampoco lo eran en 1936, ni creo que los ucranianos quisieran que la UE y EEUU se mantuvieran "neutrales" y miraran para otro lado (como hicieron británicos y franceses con la República), en vez de enviarles armas y ayuda para poder defenderse contra uno de los estados más claramente fascistas que ha dado hasta ahora el siglo XXI.
(Esto me pasa por meterme a
reseñar un libro sobre la Guerra Civil. No llevo ni medio prólogo y ya se me
está hinchando la vena política).
En fin, la verdad es que para el
prólogo hubiera preferido que fuera el propio Ricard Ibañez el que hablara
sobre sus propias razones para escribir este libro. En parte porque el arranque
de sus últimos libros, en los que salta directamente al marco histórico, se me
hacen algo abruptos. Aunque debo reconocer que éste no es el caso aquí.
La Segunda República y la Guerra Civil
Los capítulos iniciales de La Piel de Toro 1936 son de carácter puramente histórico y están dedicados a describir el ascenso y caída de la Segunda República y el desarrollo de la guerra. Evidentemente, sobre la Guerra Civil se podrían escribir, y se han escrito, miles y miles de páginas. Ricard Ibañez utiliza unas cuarenta, pero en esas cuarenta páginas consigue lo que a mi juicio se requiere para un suplemento de rol: Explicar cómo llegamos a semejante situación (a ver quién puede leer el primer capítulo sin echarse las manos a la cabeza) y ofrecer una perspectiva general de la guerra que sirva como vector de entrada para los legos. Para obtener una perspectiva más detallada y profundizar sobre el asunto, ya existe una sustancial historiografía de la Guerra Civil; aunque admito que en este sentido, echo de menos una bibliografía, aunque solo sea por la curiosidad de saber qué referencias recomienda el autor.
Aquí tengo que destacar por cierto la descripción de los principales servicios de inteligencia (con mención
especial al SIM republicano por la crueldad de sus métodos de tortura estalinistas,
y eso que en cuanto a matonismo y
brutalidad general el listón ya estaba bastante alto) y de sus actividades
tanto en España como en el extranjero, permitiendo
extender el ámbito de fuera del territorio español. Como aficionado impenitente
a las historias de espionaje agradezco enormemente esta información. También
encuentro interesante la descripción de las armas utilizadas en la contienda y
los datos sobre los bombardeos. Hay quien echará de menos una descripción más
detallada del armamento militar, pero tratándose de un suplemento para un juego
de investigación no lo considero imprescindible; además, en cualquier librería
de baratillo se puede encontrar un catálogo ilustrado por cuatro duros.
La vida en la retaguardia
Los siguientes capítulos, si bien
todavía dentro del ámbito de lo histórico tratan ya aspecto más específicos y necesarios
para ambientar una partida de rol. La vida en retaguardia describe el impacto
de la guerra y el fanatismo ideológico en la sociedad española, tanto en el bando
de los republicanos como en el de los nacionales (observo que Ricard
inicialmente elude este término en favor de llamarlos “los sublevados”, lo que
demuestra su buen juicio y comedimiento; yo que carezco de ambos los habría
llamado “traidores”). Aquí se describen las costumbres adoptadas, la prensa y
medios propagandísticos, las formas de entretenerse, las actitudes hacia la
Iglesia (diametralmente opuestas, como era de esperar). También se habla de la justicia (o más bien, la falta de
ella, tanto por lo sesgado de los tribunales como por el revanchismo y la
chulería de los supuestos agentes del orden) y el sistema carcelario, para
ambientar alguna que otra partida en una prisión. Todo salpicado por numerosos
recuadros de texto con biografías de personajes célebres y algunas perlas de sabiduría
de la época: Yo me quedo con las citas de Queipo de Llano desde Radio Sevilla, que dejan poca duda sobre la catadura moral del personaje.
Se incluye también la descripción
de las dos ciudades capitales de la contienda: Burgos, capital del bando traidor…
digo sublevado, y Valencia, capital provisional de la República, con atención
especial a los lugares en los que los investigadores son susceptibles de acabar (cafés,
universidades, cárceles, cementerios,
manicomios). Es una decisión acertada; tengo entendido que La Piel de Toro 1920 incluía ya una descripción de ciudades como
Madrid o Barcelona, y probablemente no se justificaría dedicarles más páginas aquí. Además, ambas capitales servirían como bases de operaciones para un grupo de investigadores
en una campaña.
Se nos obsequia también con una colección de sucesos atroces extraídos de la crónica negra de España. Ricard intenta darles un giro truculento aludiendo a posibles motivos ocultos o sobrenaturales, aunque aquí encuentro los resultados desiguales: Por poner un ejemplo los casos de Candelaria o Hildegart son sin duda inquietantes vistos desde la óptica adecuada (dejando de lado lo trágico del asunto, los hechos son justo lo que uno esperaría que fuera conocimiento público en cualquier relato de los Mitos), pero creo que sugerir que las matanzas de Paracuellos podrían tener un móvil oculto está algo traído por los pelos. En todo caso, esta sección ofrece un buen muestrario de la clase de barbaridades propias de la época, y una buena fuente de inspiración para quien necesite.
Monstruos (no humanos) en la Guerra Civil
Entrando ya abiertamente en
materia paranormal, se incluye un bestiario con unas quince entidades o
criaturas. La mayoría tienen su origen en creencias populares, mitos urbanos, o
teorías pseudocientíficas de la época por lo que probablemente sean más
adecuadas para partidas de horror no relacionadas con los Mitos; no obstante al
menos un par de entidades están directamente relacionadas con los Mitos de
Cthulhu, y para los Guardianes puristas (entre los que normalmente me incluyo),
hay varias más a las que se les podría encontrar una conexión con los Mitos sin
demasiado esfuerzo.
Se incluyen también veinte ideas
para escenarios, cuya temática abarca desde las clásicas historias de fantasmas
a intrusiones en lugares malditos o anécdotas históricas a las que se les ha
dado un giro paranormal. En general son ideas sólidas; en una lectura rápida
veo una docena que podrían desarrollarse como aventuras completas (si yo no
fuera un vago, pero eso es problema mío y no del libro). Siendo este un suplemento para La Llamada de Cthulhu,
sí echo en falta referencias más
específicas a los Mitos, más allá del bicho ocasional acechando en un lugar
oscuro.
También debo remarcar que la
mayoría de estas ideas se prestan más a partidas “one-shot”, aunque para los
Guardianes a los que no les preocupe adoptar un tono más “pulp” también se apunta
una posible estructura de campaña con un grupo de buscadores de reliquias (la
Centuria Negra) que pueden servir como patrones o antagonistas de los
personajes jugadores.
Aventuras
Finalmente el libro incluye cinco
aventuras, dos de ellas escritas por Andrés Ramos y David Martín. Como he
dicho, me abstengo de leer estas aventuras, por lo que no puedo hacer
comentarios sobre ellas ni el valor que aportan al libro. Si en el futuro tengo ocasión de leer, jugar o dirigir alguna de estas aventuras actualizaré la reseña.
Conclusiones finales
La Piel de Toro 1936 es un libro excelente. Su valor como recurso
para ambientar partidas en la Guerra Civil es indudable, ya sea para La Llamada de Cthulhu o para otros
juegos de rol.
Como suplemento para La Llamada de Cthulhu, sí echo de menos
más material explícito sobre los Mitos, o un nuevo enfoque sobre los mismos;
aunque no habiendo leído las aventuras incluidas, tampoco puedo descartar que
éstas aporten esos ingredientes. No habiendo leído La Piel de Toro 1920, me
pregunto además si se introduce alguna continuidad con el mismo en el ámbito de la ficción (si no es el caso, sería una idea excelente para desarrollar en un
suplemento o campaña posterior abarcando varias épocas). En
cualquier caso es un libro digno de figurar en la biblioteca de cualquier
aficionado a La Llamada de Cthulhu, o a los juegos de rol de ambientación histórica o con carácter español.
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