Wokehammer 40.000: Hippies cósmicos contra Nazis espaciales



No, esta idea no es mía. A mí no se me ocurren ideas ni la mitad de buenas que ésta (aunque el filtro al Símbolo del Caos si se lo he puesto yo, que conste).

Al que me conozca no creo que le sorprenda si digo que nunca he sido muy fan de Warhammer 40k, ambientación a la que suelo referirme como "Hitler contra Satán". Al menos Warhammer Fantasy tiene cierta dosis humanidad con sus tabernas, sus cazarratas, sus PJ de bajo nivel, sus PNJ con nombres de pacotilla y sus elementos de comedia bufa; humanidad que de la que el 40k carece o la tiene muy bien escondida, porque yo no se la he visto nunca. 

Y entonces un día, alguien plantea esta pregunta

"¿Y si los Dioses del Caos fueran los buenos, pero de verdad?" 

Y así a bote pronto tenemos lo siguiente:

  • Khorne, dios de la ira justiciera y santo patrón de paladines y revolucionarios.
  • Nurgle, dios de la vida y los ecosistemas.
  • Tzeentch, dios de la diversidad, conocimiento e innovación.
  • Slaanesh, dios del arte, el ocio y el placer y el último regalo que le hicieron los Eldar a la galaxia al trascender a un plano superior.

Imagina un grupo dispar de los restos de los Eldar, hippies cósmicos,  Rogue Trader renegados, los estirados de los Tau y demás contra los nazis esos del Imperio, algo así como Star Wars pero con estética de prog-rock/heavy metal y una banda sonora acorde (y repartiendo hostias, eh, que tampoco es cosa de ir ofreciendo florecillas). Y la verdad es que yo si jugaría a ESTE juego.


Comentarios

  1. Hay un tema relacionado que daría para divagar bastante Aegypto. ¿Por qué ahora absolutamente todo (películas, series, juegos...) tiene que ser woke? Es más, ¿por qué convertir en woke creaciones que en origen no lo eran? Si tienes una explicación sobre este fenómeno estaría interesado en conocerla...

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  2. Pues mira, mi honesta opinión (y pérdoname si subo el tono, porque esto me toca la fibra moral) es que películas, series, y juegos se han hecho a la medida de los hombres blancos heterosexuales (entre los aclaro que me incluyo) durante décadas. Y esto se ha hecho ninguneando a los que no entran en esa categoría, léase las mujeres (es decir, la mitad de la especie humana, que ya manda huevos) la gente de otras etnias o el colectivo LGBTQ (de los que a es que mejor no hablo), a los que durante mucho tiempo se ha relegado a papeles secundarios, reducido a estereotipos bochornosos o borrados directamente para dar cancha a los protas blancos varones.

    En parte, porque en la realidad se les trataba igual de mal, o incluso peor.

    (Lo de “borrados” no lo digo porque sí sin más: Hollywood nos ha vendido la moto durante un siglo de que todo Cristo es blanco. En La Muerte de Arturo, Malory describe caballeros sarracenos en la Tabla Redonda. Cuando un texto del siglo XIV tiene más diversidad étnica y cultural que la mayoría de las películas que se han hecho del tema, apaga y vámonos)

    Y cuando la sociedad va tomando un cariz más progresista, y se toman medidas para equilibrar un poco (que los actores negros, indios y demás también tienen derecho a ganarse la vida, y hacer papeles decentes, no solo de criados), se arma un pollo en internet porque (pongamos por caso) Heimdall sea negro en la peli de Thor (que en el universo Marvel ni siquiera es de origen escandinavo, es un puñetero extraterrestre). O porque haya hobbits con piel oscura (Tolkien nunca especificó el color de la piel de los hobbits, y el que diga que no hay gente de piel oscura en Inglaterra es que no se ha dado una vuelta por allí). O porque alguien cuestione que por qué no hay mujeres entre los superhombres arios Marines de Warhammer.

    Esto es como si aquí hubiera veinte euros a repartir entre cuatro, y yo me he estado llevando quince euros todo este tiempo, mientras los otros tres se tienen que arreglar con los cinco euros que quedan. Y cuando un día me piden que por favor les permita llevarse un euro extra encima me pongo farruco.

    ¿Así que por qué las cosas tienen por qué ser woke?

    Pues porque ya está bien.

    Porque igualdad significa igualdad, no “sí somos iguales, pero yo sigo siendo superior”.

    Porque los negros, los indios, las mujeres, los gays y demás también tienen derecho a ver gente como ellos en pantalla y tener héroes con los que identificarse. Y si eso requiere que tengamos un Heimdall negro, o un hobbit negro, o una superheroína transexual, pues me parece una concesión muy pequeña. Ya hemos tenido bastante Charlton Heston haciendo de Moisés o a Brad Pitt como Aquiles. Porque alguien haga una adaptación de la Iliada con un Aquiles negro no pasa nada, las copias existentes de la Iliada no van a estallar en llamas.

    Y así son las cosas. Y al que no le guste, pues que se vaya acostumbrando.

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    1. Para adelantarme a los puntillosos, "La Muerte de Arturo" es del Siglo XV.(esto me pasa por publicar sin verificar antes...)

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